Campamento "Salinas"

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Salinas inolvidable

jueves, 31 de octubre de 2013

Un encuentro con Horacio Quiroga



Revisando fotos y viejos libros, me volví a encontrar con este señor delgado, barbudo, que a menudo

vestía ropas de trabajo y botas. Su cara seria nos haría pensar que andaba siempre pateando

cascotes, con alguna bronca.

Me reencontré también con


El loro pelado, la gamita que estuvo ciega, La tortuga gigante, los



coaticitos, los flamencos y las rayas. Y todos me dijeron que, en realidad, don Quiroga era más bueno

que el pan, aunque a veces, un poco tristón.

Hasta los yacarés me dijeron eso. ¿Qué loro, qué gamita y qué yacarés?

Bueno, si no los conocen, corran a leer los


Cuentos de la selva que escribió Horacio Quiroga para los



niños, en 1918.



Horacio, Silvestre



Todos alguna vez creímos que un escritor duerme sentado, con anteojos, la corbata puesta y toma

sorbitos de sopa de letras mientras lee un libro gordo.

No, no, no.

Si tuviéramos que contar un cuento sobre Horacio Quiroga, podríamos empezar así:

«Había una vez un chico que nació en un pueblo uruguayo llamado Salto. Su segundo nombre fue

Silvestre...» ¿Sería por eso que anduvo siempre enamorado de la naturaleza y más tarde,

concretamente, de la selva misionera?

Horacio era un inquieto y un curioso. No podía estar sin andar explorando cosas. Por eso iba mucho

al taller de un artesano amigo y aprendió de todo un poco.

En esos años se puso de moda la bicicleta y él se dedicó con pasión al ciclismo. Tal es así, que

cuando hizo el soñado viaje a París, que todos los escritores hacían por esos tiempos, ¡se presentó a

una competencia ciclística con la camiseta de Salto! Los demás escritores iban a tertulias


1 y al teatro y



él... ¡a pedalear! Yademás, no le gustó París.

También se dedicaba a la guitarra, la química y la fotografía. Y gracias a la fotografía descubrió

Misiones, porque su amigo, el poeta Leopoldo Lugones, lo incorporó como fotógrafo a un equipo que

fue a recorrer las ruinas jesuíticas. Allí, Quiroga se enamoró del monte, del verde increíble y el rojo de la

tierra y del sonido de la libertad de los animales. Esto fue en 1903. En 1906 compró tierras en San

Ignacio y en 1909, se casó con su novia Ana María Cirés y se fue a vivir a Misiones. Allí nacieron Eglé y

Darío, sus hijos y compañeros de correrías.



La escritora de libros para chicos, Laura Devetach, nos presenta a uno de

los escritores más queridos en Uruguay y Argentina.



1



Tertulia. f. Reunión de personas que se juntan habitualmente para conversar o recrearse.



2



Intelectual. adj. Dedicado preferentemente al cultivo de las ciencias y letras.



Lee el texto con atención y realiza las siguientes actividades:

1.Nombra al menos tres de los personajes de los cuentos que Horacio Quiroga escribió para niños.

2.Selecciona la opción correcta.

El texto presenta al escritor uruguayo como:

A. Un intelectual.


1 B. Una persona



creativa y aventurera.

C. Un ciclista dedicado

exclusivamente al deporte.